Cuando hablamos de café de especialidad, nos referimos a todo un proceso artesanal, desde el cultivo hasta la taza, que influye directamente en los sabores y aromas que disfrutamos. Uno de los métodos más interesantes y complejos para obtener un café de alta calidad es el proceso natural-anaeróbico. ¿No sabes a qué nos referimos? Pues quédate que lo vamos a explicar. 

¿Qué es el proceso natural-anaeróbico?

El proceso natural-anaeróbico combina dos técnicas diferentes para fermentar el café: el secado natural y la fermentación sin oxígeno. El proceso comienza cuando las cerezas de café recién recolectadas se secan al sol con toda su pulpa intacta, lo que ayuda a que absorban los azúcares y sabores del fruto de manera más intensa.

La parte «anaeróbica» de este proceso entra en juego durante la fermentación. Después de recolectar las cerezas, se introducen en tanques herméticamente cerrados donde se eliminan casi por completo los niveles de oxígeno.

¿Qué beneficios obtiene el café en este proceso?

Al secarse con toda la pulpa, las cerezas retienen mucho más azúcar, lo que da como resultado un café con un perfil más dulce y afrutado. Durante la fermentación anaeróbica, los sabores se concentran aún más, generando una taza con una acidez balanceada y cuerpo cremoso.

Las notas que suelen derivarse de este proceso incluyen frutas maduras como uvas y cerezas, junto con toques de chocolate oscuro, nueces y cítricos, que le otorgan al café una complejidad difícil de encontrar en otros métodos de procesamiento. Además, la fermentación anaeróbica potencia una sensación limpia y refinada en el paladar, ya que controla el crecimiento de microorganismos que podrían generar sabores indeseados.

¿Qué café cumple con estas características?

Nuestro Gustavo Muños Java, cultivado en la región de Nueva Segovia, Nicaragua, es el claro ejemplo de cómo el proceso natural-anaeróbico puede transformar un café en una auténtica joya de especialidad. El resultado es un café que destaca por sus notas de uvas, chocolate negro, limón y un toque de nueces, perfectamente equilibrado y con un cuerpo sedoso que lo convierte en una experiencia inolvidable.

Gracias al proceso natural-anaeróbico, el Gustavo Muños Java ofrece una complejidad aromática increíble, donde la dulzura de las frutas y el carácter cítrico se mezclan de manera armónica. Este café es perfecto para quienes buscan una taza vibrante, afrutada y ligeramente ácida, ideal para degustar sin prisas y disfrutar de cada capa de sabor.

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